Debido al excesivo desarrollo de los músculos maseteros o masticadores se produce un trastorno que genera un rechinamiento involuntario de los dientes por la noche y propicia su desgaste, denominado bruxismo y gracias a los avances en medicina estética ahora se puede curar.
Al inyectar los músculos con Toxina Botulínica se consigue relajarlos, paralizarlos y reducirlos, previniendo así la hipertrofia y lograr disminuir el dolor muscular causado por el bruxismo, sin necesidad de cirugía.